Ser mujer y querer

Quiero ser mujer y no tener miedo.

Soy mujer y deseo.

Deseo poder salir a cualquier hora y tener asegurado mi regreso.

Deseo poder correr cuando me apetezca, porque ya de por sí es dificil encontrar las ganas para salir a entrenar fuera del entorno «seguro» de un gimnasio.

Quiero ponerme la ropa que se me antoje. Sin importar cuán corta o translúcida sea. Quiero que sea verano y no tener que andar cubriéndome de las miradas de lobos verdes cuando hace un calor de derretirse.

Quiero maquillarme antes de salir, y no al llegar a mi destino.

Deseo que no me traten de prostituta cada vez que observo y compro preservativos en cantidad, o voy por juguetes sexuales, o me intrigo por el mundo de nunca acabar de la sexología.

Soy mujer y ojalá pudiera volver a mi casa caminando en vez de gastar fortunas en taxis o Ubers, o de que alguien me acompañe. Me gusta la soledad. Me gusta caminar sola. Y está bien que así sea. Pero no debo, es peligroso.

Soy mujer y ojalá pudiera mudarme a cualquier barrio de la ciudad, guiándome únicamente por las características del apartamento y no por los reportes de secuestros/violaciones/femicidios/villas miseria de la zona.

Soy mujer y deseo que no discriminen mi cuerpo cuando estoy menstruando. ¿Acaso me están criticando por no querer tener hijos? ¿A qué se debe ese asco por el cuerpo ajeno sangrante? ¿Acaso la sangre no es indicio de salud y libertad? Tanta gente preocupada por tests de embarazo positivos y métodos anticonceptivos de emergencia, y en paralelo ese desprecio por el cuerpo rojo. Tanta gente que desconoce que por la dictadura del cuerpo bello, muchas adolescentes y mujeres jóvenes entran en amenorrea y dejan de ser fértiles por largos tiempos.

Tanta ignorancia.

Tan poca empatía.

Tanta soledad.

Aun así deseo, sigo deseando. Es un deseo infinito.

*

Éstas fueron algunas cosas que se me ocurren cuando salgo tarde en la noche rumbo a algún lugar, o sencillamente a pasear a mi perra.

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